Un paso mas cerca

Pensando en toda su vida, aquella misera existencia vagaba en la calle; llovía, el agua se deslizaba por su cabello mientras caminaba por un sendero vacío a causa de aquel diluvio, de repente observa una silueta que permanecía inmóvil y seca en medio de aquella desolada acera, aquel ente emitía una presencia misteriosa, cargada de incertidumbre y un extraño aura de vacío. A medida que se acercaba a ella comenzaban a sentirse emociones y sentimientos cada vez mas profundos y personales tomando como base lo mas triste y doloroso.

Aquel ente era algo indistinguible, sin una forma definida, era mas como una presencia, una tenebrosa presencia. Llegado a un punto de cercanía con aquel ente los sentimientos eran indistinguibles, una profunda y siniestra combinación de iras, soledad y tristezas; era un aura que apestaba a muerte, sin embargo, la curiosidad lograba rebasar aquella oleada de sentimientos, así que siguió acercándose mas y mas al ente. Llegado un punto, se encontró «cara a cara» con aquel «ser»; la ráfaga de emociones era casi incontrolable, el camino antes recorrido aumentaba gradualmente un deseo reprimido, un deseo prohibido que siempre había estado presente en aquella vida, un deseo de terminar con todo, un deseo que solo era limitado por el miedo, no un miedo especifico, sino por un miedo universal, general; pero al encontrarse cara a cara con el ente el miedo desapareció, aquel anhelo, aquel gran deseo ya no tenia limitante alguna.

El ente esbozo lo que seria una gran sonrisa y tendió su brazo incorpóreo como si ofreciese ayuda. Aquella sonrisa emitía una sensación de tranquilidad y serenidad, era como si todo desapareciese, una paz eterna… solo un paso… un paso mas y esa paz por fin llegaría, un paso mas… y por fin todo acabaría…

Tú

Al despertar, sentí que este sería un día común y corriente; desayunar, ir a trabajar, volver a casa, dormir y esperar al nuevo día. Pero me di cuenta de lo simple que es mi vida, y me pregunté, ¿Cómo llegué a esto?, pero lo más importante, ¿Por qué recorro solitario el triste sendero de lo que ahora es mi vida?. Pensando en esto, decidí ir en contra de la rutina, huir de lo cotidiano e ir al único lugar que, creo, encontraré las respuestas a todas mis dudas, mis recuerdos. Salí de mi casa llevando estrictamente lo necesario: Nada más que yo mismo. Trataba de recordar cuando llegué a esto, o quien me trajo a donde estoy. Caminaba, pensaba, observaba, reflexionaba, sentía el pasar de las horas, y aún así nada. En ese momento se formulo otra pregunta dentro de mí, ¿Quién soy?. Entendí que el problema no es cómo llegue a donde estoy, sino cómo llegue a ser lo que soy.

Me sentí rendido, y decepcionado al mismo tiempo, de mí mismo. Me parecía el patético el no conocer a quien mejor debería conocer yo. Caí, no sé en qué lugar, pero no me importó, ya no quería seguir haciendo el ridículo, tenía que entender que nunca lo lograría, saber quien soy. Pero de pronto, lo vi, aquella luz que marcaba la despedida del gran astro, y fue ahí, cuando lo vi, o más bien, me vi. En mi mente, en un lugar que ya no rondaba en mi mente, que parecía un sueño. Ahí estaba yo, era más joven, y lo más importante, era feliz. Comencé a mirar alrededor, saber cuál era la causa de aquello en mí lo que yo creía una extraña anomalía, y al final la vi; y con solo un vistazo, lo supe, eras tú. Era tu culpa. En la escena estabas tú a mi lado, y comprendí en qué pensaba en aquel momento: nada; a tu lado el tiempo no avanzaba, el bullicio del exterior se convertía en silencio, y todo en lo que pensaba desaparecía para dejarte lugar a ti, para así recordarte a ti, solamente a ti, desde el más mínimo detalle. Estábamos hablando, no entendí sobre qué, pues no lograba apartar mis ojos y mi pensamiento de ti, cómo si una fuerza extraña no quisiera que viera otra cosa, o que sintiera algo más, pero no me molestaba, era feliz así. Tu belleza era singular; tu piel que, sin tocarla, podía sentirse suave, tus ojos, oh, esos ojos, tan preciosos que parecían ser sacados de un personaje de cuentos, tu cabello lizo, que más que cabello parecían las cuerdas del arpa de un ángel, y tu boca, desconocida hasta en lo más profundo de los sueños del mismo Da Vinci. El estar a tu lado no tenía comparación. Fue entonces cuando pensé, ¿Qué pasó?, ¿A dónde fuiste?. Ahí fue cuando comprendí que la única y sencilla causa de mi soledad, de mi tristeza y de mi agonía, eras tú. No sé a donde fuiste, pero el reconocer que no estás a mi lado me hace entender todo, tan claro, mas no fácil de aceptar. Desesperado, comencé a gritar, te gritaba, exigía que me dijeras a donde fuiste, que me dijeras que pasó, y por qué no estás a mi lado. Mas no me respondiste, solo me sonreías, una mueca que me hizo llorar al entender que nunca más la veré y que solo será una pequeña luz es mis recuerdos.

Es ahí cuando desperté, no sé cuánto tiempo estuve dormido, pero no me importaba, quería regresar, quería verte así no fueras mía. Grité como nunca antes, sin preocuparte el si alguien me escuchaba, no me importaba nada, ya nada importa, quiero tenerte más que nada. Lo único que ahora me importa eres tú.

BH

Frio…

¿que duele mas, el frío de la muerte o el de la soledad?
La muerte es pacifica, reconfortante y eterna, en cambio la soledad azota tu vida a diario, te hace sentir inútil, vacío y sin sentido. La soledad es una lenta tortura que tarde o temprano te conducirá hasta los mas profundos, siniestros y deplorables estados del ser humano.
La soledad es una hermosa dama, refinada y elegante, que te conoce mas que nadie, ella te hace misero, pero te da un regalo que nada mas puede darte, te da un antifaz, una fachada la cual debes proteger a toda costa, te crea un mundo de mentiras en el cual puedes fingir olvidarte de quien eres, un mundo que te hace interesante, un mundo en el cual incluso puedes olvidarte de ella, engañarte a ti mismo, pero al final vendrá ese sentimiento de vacío y recordaras aquella dama que aun te espera y te llama con esa dulce y tierna voz y te recuerda quien eres
realmente.
Cuando llegas al limite nada mas importa, has muerto, ella te torturo y te hizo agonizar hasta tu muerte, asesino a tu espíritu, te convirtió en un nadie. ¿a quien le importa la opinión de un nadie? cuando llegas a ese punto es como un limbo un punto donde vives y no sientes, un punto donde cualquier salida seria la mejor… de todas maneras¿ a quien le importa la decisión de un nadie? ¿Quien se enteraría? Que diferencia habría entre un mundo con un nadie mas o un nadie menos…

La esquina

En mi soledad me consolo con un llanto, suave y debil, sin levantar sospechas, la esquina de mi cuarto se convierte en mi mundo, en esa esquina, fria y vacia vivia realmente. Mi «vida» siempre era igual, ignoraba y reprimia mis emociones y luego todo salia en esa esquina, esa  esquina, fria y vacia, era mi lugar seguro, el unico lugar donde verdaderamente podia ser yo,  el unico lugar donde mis mas intimos secretos afloraba y nadie aparte de mi podia verlos. Fuera de mi esquina ayudaba a todos a resolver sus problemas, pareciendo amable, sabio y generoso;  pero la realidad era diferente, lo que me impulsaba era el egoismo y la ira conmigo mismo por no ser capaz ni con mis propios problemas Siempre intente parecer fuerte hacia el mundo cuando en realidad moria internamente. La esquina era mi refugio, alli podia sacar toda mi debilidad y nada perder. La insatisfaccion me consume pero aun asi callo ¿a quien le interesaria lo que yo piense? Mis aportes no tienen valor y a nadie le importa realmente. Si hubiese alguien mas en esta esquina… si hubiese alguien que realmente me conociera y compartiera el dolor conmigo, si alguien me escuchase y no me criticara…. ojala sucediera, pero ¿porque alguien querria entrar en la esquina de otro, en su mundo?¿porque alguien querria entrar en MI esquina, quien querria compartir MI mundo. No importa, mientras espero a esa persona que probablemente nunca llegue seguire siendo el mismo, ayudare a los demas, parecere feliz y luego ire a mi esquina, mi santuario, mi preciada esquina…

Ink, Blood and Loneliness (tinta, sangre y soledad)

La pluma recorre el papel como la cuchilla sobre mi piel, como ríos de sangre y palabras que contienen el dolor de aquella alma atormentada,  sus sentimientos, reprimidos con una hipócrita sonrisa,  se desbordan con las palabras, enmarcando la tinta en un rojizo aura de sangre y lagrimas. Cada una de ellas son una puñalada a un alma destrozada cuya única compañía, irónicamente, es la soledad.

Aquellos escritos, cargados de dolor, ira y frustración son los fragmentos de lo que alguna vez fue alguien y que ahora «vive» como si no hubiese un mañana porque luchar, un ser vacío que fue devorado por un mundo feroz e injusto, un ser insensible, cuyo dolor, mas que las cortadas, radica en escribir, escribir de aquello que lo asesino, escribir, reviviendo el dolor que en el existió, escribir…. escribir para llenar un vacío de alegría con dolor, escribir entre lineas de sangre y tinta acompañadas de la hermosa firma de la soledad…